sábado, 11 de agosto de 2007

Cuenta Alberto Manguel en "La biblioteca de noche":

"La historia de Babel se narra en el undécimo capítulo del Génesis. Después del Diluvio, los pueblos de la tierra se trasladaron a la tierra de Senaar, donde decidieron construir una ciudad y una torre que habría de llegar hasta el cielo. "Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí que el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les retraerá ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos y confundamos allí sus lenguas para que ninguno entienda el habla de su compañero". Dios, nos dice la leyenda, inventó la multiplicidad de lenguas para impedir que trabajáramos juntos y sobrepasáramos los límites de nuestros poderes."

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