XII
Que mi salud es débil,
Que no resisto los rigores del trabajo intelectual,
Que mi pensamiento es inestable y que a menudo me
equivoco en mis apreciaciones sobre la verdad de las
ciencias y las magias del arte,
Que soy descuidado para con mi persona,
Que no me baño con regularidad
Y que mis cabellos y mis uñas crecen sin control,
Que he derrochado mi hacienda en beneficio de los pobres
de espíritu,
Que he favorecido más de lo justo y necesario a los
enfermos,
Que he permanecido largas horas en los cementerios
Disfrutando paganamente de la soledad y el silencio
consagrado a los muertos,
Que en momentos de desesperación y orgullo he escupido
el rostro de los ídolos,
Que he vuelto ebrio y caído dormido en los
bancos de las plazas y en los tranvías,
Y que gasté mi juventud en viajes inútiles y estudios
innecesarios.
Nicanor Parra, en Ejercicios respiratorios.
Invitación al viaje, por Julio Ramón Ribeyro
Hace 4 días
Qué grande Nicanor. Tus selecciones son certeras, pasan por mis días como el tren con la leña para cremar los desesperos. va una mirada cómplice, un abrazo.
ResponderEliminarque los trenes sigan pasando de este lado del mundo
ResponderEliminarque los tipos sigan escribiendo donde estén
que nosotros estemos en sus textos
que todo sea como tus miradas y tus abrazos
gracias
Tenés ese libro para prestarme?
ResponderEliminarMañana te llevo uno!
No salgo de mi asombro. Cada cosa que leo en este espacio me deja más y más perpleja. Un oasis, un refugio. Plenitud en medio de tanta mediocridad. Increible. Me sana este lugar. Profundo respeto y admiración. Larga vida al blog!
ResponderEliminar